Posteriormente, el motor de la vida de Monforte, es decir su estación de ferrocarril, fue desmantelado; su nudo ferroviario, junto con el puesto de mando, fueron trasladados a Orense, mientras que la mayor parte de los talleres ferroviarios, que se consideraban los más importantes de Galicia, y entre los más importantes de España, se trasladaron a León; comenzó entonces una era de decadencia económica que dio lugar a numerosos cierres de establecimientos, pérdida de población, de servicios y empobrecimiento.