Tres terroristas se inmolaron fuera del Stade de France, en el suburbio parisino de Saint-Denis; el presidente de Francia, François Hollande era uno de los miles de personas en el interior del estadio viendo el partido de fútbol que enfrentaba a los galos y Alemania. En París, decenas de personas murieron cuando los terroristas abrieron fuego contra los cafés y restaurantes llenos de gente en los distritos X y XI.