A lo largo de su carrera deportiva se caracterizó por ser un atacante tenaz con olfato goleador, mentalidad competitiva y un estilo de juego muy creativo, vital para que el Manchester United dominara el fútbol británico en su época. No obstante, Cantona es también recordado por su falta de disciplina: en 1988 fue apartado un año de la selección francesa por insultar al entrenador Henri Michel, y en 1995 la Asociación del Fútbol le condenó a ocho meses de inhabilitación por propinar una patada voladora a un aficionado rival que le estaba increpando con insultos racistas.